miércoles, 17 de octubre de 2007

En una de las pieles en la que no quisiera estar, es la de la jueza que dirime el caso del niño reclamado por el padre y por el tutor.
No es civilizado ni legal, la solución salomónica de partir el niño a la mitad y como muchos, me pregunto que tan mal anda este mundo para que el caso haya tenido que llegar tan lejos y a tan difícil solución.
Bien el padre pudiera haber reconocido que cuando un hijo se va de Cuba, muchas veces con dificultad aceptamos esto los padres por el bien del hijo, de tan difícil la situación en la isla, a la vez que asumimos esto como un mal menor, conocemos de antemano la incomunicación que probablemente seguirá, pues la burbuja que ha creado la dictadura, en muchos casos impide comunicarse entre sí a las familias. Por otro lado, el señor que tiene la custodia en este momento, debiera quizás entender esto que el padre no ha dicho, más allá de quien financió el viaje del padre y con que intereses que bien conocemos, de manera que para no partir el muchacho, propongo lo siguiente:
- Se otorga la custodia al padre sin ningún otro impedimento.
- Se reconoce y agradece públicamente al ciudadano norteamericano por haber dado cobija al niño en el difícil momento que atravesó.
- Se insta al padre del niño a mantener la comunicación entre los hermanos que quedan separados y provee facilidades por parte del gobierno norteamericano para garantizar como mínimo una vez al año el encuentro de ambos hermanos en la circunstancias que acuerden las partes.
Fin del cuento señores, que no hay que hacer olas dentro de un vaso de agua, es hora de saber poner la bola del lado cubano sin herir a nadie.
Por supuesto, es la humildisima opinión de este anónimo bloguero, quien además, desde este espacio digital, expresa su respeto y admiración por la jueza encargada del caso.

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