Varias personas esperan ser atendidas; los casos van del absurdo a la tragicomedia. Un hombre mayor, que sólo tuvo vínculo durante 4 meses con Salud Pública, lleva años getionando la salida definitiva; en otra triste arista, una mujer, doctora, se queja amargamente de no haberse quedado en ocasión de la misión internacionalista en Venezuela, ya va para 2 años que no ve a los suyos, preocupada por la distancia que hace cambiar fidelidades, ellos obligados a irse antes que ella para no perder la oportunidad, mientras, ella es retenida sin esperanza de solución. El rosario de casos, en el sistema de salud en particular, de secuestrados por la dictadura, desborda cualquier estadística, cualquier antecedente de personas retenidas en contra de su voluntad. Igualmente sucede para muchos otros cubanos de otros oficios o profesiones, de cualquier estamento social.
Ahora, con Obama en el timón norteamericano y tras los aspavientos, ides y venires de ambas partes, he recordado el gobierno de Carter, durante el cual, incluso circulaba el rumor aquí en la isla de la conversión primeramente de la Base Naval de Guantánamo en un destino turístico para militares y civiles de la vecina norteña y luego, su entrega a Cuba. Mientras, ambas partes juegan un extraño ajedrez a ciegas, Obama públicamente limita el alcance y nuevas concesiones a la dictadura cubana, pero entre telones, replica con tuteos para acercarse, sigue concediendo; del otro lado del estrecho, acá, barajan las posibilidades para hacer tropezar al inquilino del capitolio en Washington; se anuncia la agilización y resolución de los permisos a propietarios de embarcaciones para hacerse a la mar, sugieren el absurdo, esto lo achaco al demente senil, de canjear espías por opositores cubanos, estos últimos injustamene condenados, pagando el precio de su oposición pacífica con largas penas de carcel, con el riesgo de ser eliminados mientras transcurre esta, los antecedentes muestran la veracidad, la congruencia de ello con el proceder de la dictadura. Otros mejunjes, sin dudas, cocina la dictadura, el objetivo es presentar a los americanos como grandes culpables. En el pasado han tenido éxito, más que todo, por la reacción norteamericana, correspondiente con los despropósitos dictatoriales.
Han tenido mayor o menor éxito, depende de la época y la coyuntura, en presentar el embargo como bloqueo, como una iniciativa nortamericana, falta de base o lógica, caduca hoy día; queriendo que se olvide u obvie el real origen del embargo, la respuesta a medidas de confiscación, entre otras, sobre propiedades de ciudadanos norteamericanos y por qué no, de cubanos, medidas injustas, dañinas del comercio y las relaciones internacionales; el derecho propio termina donde comienza el ajeno, y en este límite, se ha de ser cuidadoso, pecar por defecto antes que por exceso. Atender a los deseos más que a los derechos de los norteamericanos de hoy, sería privar a aquellos despojados injustamente por la dictadura de los suyos; ignorar la justicia debida a estos norteamericanos de ayer, cuyos descendientes, aun esperan por el efecto y consecución de esa justicia.
Aun cuando a fecha de hoy, la ley que permite a los cubanos permanecer legalmente en EEUU, pueda parecer discriminatoria o ausente de contenido jurídico, se olvida le realidad de esta ley de proteger a un pueblo entero perseguido por una dictadura de 50 años, la más longeva en estas tierras de América.
Esperemos que el gobierno actual de EEUU, no permita dejarse llevar por las provocaciones de la dictadura cubana, pero a su vez, actúe con apego al espíritu de la legislación americana, o lo que es igual, con apego a la democracia que ha sobrevivido más de 200 años, viendo caer dictadorzuelos, empeñados en destruirla; fascismo e imperios con el mismo despropósito; abrgiando como aquel en su día, a maltratados, perseguidos y pobres de espíritu.