Luego de comer el sancochito de la tarde, me siento un rato a cavilar y reposar, el cual no es mucho, pues no es una comida de difícil digestión la del cubano.
Sería el lunes o el martes, después de mi breve reposo, salgo de mi descanso y cuando paso de largo por el televisor, retrocedo por la imagen latente, para asegurarme que no era una alucinación o una imagen recreada por mi cerebro, no, ahí estaba, ¡una sotana negra...!, ¡en la TV cubana!.
Ni corto ni perezoso, tomé asiento para escuchar y averiguar cual era el milagro de una sotana parlante en la TV de la dictadura.
Escuchando caí enla cuenta entre lo que tengo archivado en la mollera y lo que hablaba el párroco, que debía ser Carlos Manuel de Céspedes, obispo cubano, extremo este que confirmé al leer los cartelitos finales o créditos del programa.
La exposición del religioso fue variada y más o menos larga, la muela de acercamiento con la dictadura incluida, se corresponde con lo acaecido desde un tiempo atrás hasta ahora, en que la iglesia católica en Cuba ha variado el rumbo buscando complacer al dictador, retirando tanto personas como palabras críticas a la dictadura.
Ya mucho, que llevo pensado hablar sobre la religión o religiones en Cuba, estoy dándole forma en mi mente. Entre las conclusiones a las que he arribado, es que el cubano no es religioso, en general como el resto de la humanidad, es más bien místico, lo cual debe ser producto de la confluencia de diversas culturas, no se puede decir que sea católico o religioso, al decir del señor Céspedes en el antes citado programa televisivo, no al estilo por ejemplo de los mexicanos o españoles, si se puede decir que es místico, por su creencia en las más variopintas tendencias o corrientes espirituales, esto potenciado a su vez por el largo tiempo de adoctrinamiento ateista, llevandole en medio de la crisis perenne del sistema cubano a la búsqueda de un alivio al menos espiritual. Eso es tema para otro post, todavía en cocción.
Finalmente, no quedan dudas de que también cocinan algo arriba, los de la dictadura y los herederos de Pedro, no me parece que vaya a ser un buen guiso, al menos por participar uno de los cocineros y sus condimentos, que los cubanos conocemos bien.
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