Es sitio común y sentido análogo el que resuman los dictadores por todos los costados, especialmente los de América Latina; comenzando por el anciano dictador cubano y siguiendo por los émulos empollados por él desde años ha y que han roto el cascarón en este siglo.
Una de la característica común, es pregonar los favores o limosnas que han repartido, sobre todo recordarlo a los que la han recibido, para veladamente, exigir correspondencia de estos últimos.
Leer a Fidel Castro enumerando las dádivas repartidas constantemente, impedir a los cubanos la salida del infierno isleño cobrand una edución que dice ser grátis y otras más que pudieran acudirles a la mente del lector, me retrotraen al pasaje bíblico en que Cristo predicaba:
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Igualmente, Chávez y demás polluelos de dictador, solapada o abiertamente, puesto que a veces lo descarado puede parecer cierto o válido, a cambio de lo que ofrecen "desinteresadamente" reclaman pago.
Lo triste y peligroso es que reclaman, cuando no es posible para el "beneficiario" echar atrás el flaco negocio que ya ha sido hecho y consumado, algunos incluso, sin tener la posibilidad por la edad de defender sus justos intereses, el tesoro más preciado del ser humano, su libertad.
Si se advirtiera por estos dictadorzuelos que a cambio de la "salud, educación" y otras promesas tentadoras, te quitarán la libertad, pocos aceptarían tan flaco favor de parte de ellos. He puesto salud y educación entre paréntesis, pues en la realidad, son un pobre remedo de estas.
Como aquellos fariseos de los inicios de la era cristiana, los modernos, hacen tocar trompetas en diarios y cuanto medio de comunicación esté a su alcance anunciando sus limosnas. Como aquellos, triste papel y peor destino les espera en este mundo de la comunicación.
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