Si Bill Gates escribiese un libro sobre como hacerse millonario, indudablemente se leería con gusto y razón. Si Steven Spielberg, escribiese un libro sobre como hacer una película, muchos lo buscarían para ver si dan en el clavo en la cinematografía; y así sucesivamente, todo aquel que en la práctica ha demostrado y probado con exito sus ideas sería un autor leído con confianza.
Ahora en su convalescencia, el anciano dictador, reparte recetas de cosas que el no ha logrado a pesar de tener el tiempo más que suficiente para haber llevado a la práctica cualquier empeño humano imaginable. Recomienda, por ejemplo, a Inglaterra como llevar su economía o invertir su dinero de ella, arreglados estuviesen los ingleses si hicieran caso de las recomendaciones. En lugar de tener empleos creados por el gobierno, tuviesen como en Cuba, industrias y servicios que no funcionan, fuera el país inglés, un limosnero internacional.
Sucede con las recomendaciones del dictador, como con las recetas de los malos consejeros, si te dijeran que hagas esto, haz lo opuesto, de seguro te da resultado.
Si no, ver los políclinicos y el "sistema de salud cubano", donde existen pero no son. Ver la economía desguasada de Cuba por casi 50 años de mal administración, ver un país en que se ha convertido tras el triunfo del ahora "chocheante mandatario".
Leer los "tabacos" de Fidel Castro, sería consultar la Biblia de que no se debe hacer en este mundo o como no se debe actuar.
Al menos, nos queda el consuelo de que escribe, los cubanos tenemos ahora el alivio de su ausencia ante los microfónos y cámaras por largas horas de verborreica y soporífera "muela".
Siga así comandante, que reposamos de usted y confiamos que no demore el cambio, para hacer lo que hay que hacer en Cuba, que por supuesto, no es lo que usted dice, es lo opuesto.
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