viernes, 13 de agosto de 2010

Entre col y col... Ravsberg.

Suelo buscar en Internet los datos de personas que leo, o forman parte de la realidad que vivo; como bien citaba Hemingway “…nadie es un mundo en sí mismo…”, es necesario como un dato más, conocer el currículo del autor del escrito o el origen y desarrollo de empresas; si se suele decir que el saber no ocupa lugar, los datos menos y luego, según la mollera de cada cual, se logra imbricar esos datos como corresponda. No se trata aquí de usar esa información para atacar al autor de un argumento en lugar del argumento, se trata de conocer el leitmotiv detrás del argumento.

No he obtenido mucho de Fernando Ravsberg, el periodista que escribe sobre Cuba, desde Cuba, para un blog de la BBC y luego h encontrado navegando otros escritos suyos en Havana Time, pero no he podido ver en el “Acerca de” del sitio referencia alguna sobre el autor. Por lo que he leído en su blog, escrito por él, fue profersor de periodismo en la Universidad de la Habana; otros datos por ejemplo, para conformarme una idea, viaja fuera de Cuba, y “of course”, recibe moneda dura.

Los datos anteriores son suficientes para entender el por qué o los por qués de Ravsberg. Para poder ejercer como lo hace, desde Cuba, tiene que poner entre col y col, lechuga, no importa que la realidad cubana sea sólo de coles, el poner la lechuga es vital para mantener el estómago lleno, el estatus y créanme, no le culpo, le entiendo aun cuando no lo justifique.

Se pueden resumir los escritos de Ravsberg de la siguiente manera, mucha superficie rizada para tratar los males de la dictadura cubana y un mar de leva para encajar el bocadillo apropiado.

Este último, mezcla el trasero con la llovizna, iguala a los espías de otros lugares, cercanos políticamente o estratégicamente a EEUU con los espías cubanos, ¿lo notan?, les califica como lo que son, espías, a pesar de luego presentar como consumado un canje que no tiene ni pies ni cabeza dentro de la humana lógica; uno de los espías cubanos fue responsable directo de tres asesinatos, con dos cadenas perpetuas y 15 años.

Y así sucesivamente con el resto de los artículos; se puede asegurar, que con una pequeña higienización de la dictadura, un retoque cosmético más, al estilo de los recientes, se pueda leer artículos de Ravsberg en el Tribuna u otro periódico oficial, no el Granma, claro está, no sea que los talibanes suscritos al bodrio en jefe, al ver un artículo en Granma de Ravsberg corran como locos a esconderse, pensando que se la arrancaron ya al morinauseabundo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Thanks for good news!