miércoles, 25 de agosto de 2010

El código por venir.

Falto de buenos jueces anda este mundo. No es una afirmación vana, cuando recuerdo al premiado, sí, increíblemente fue premiado, Al Gore; que dedicó un documental aprobar sus creencias sin permitir el espacio necesario para los críticos o quienes desmentían sus afirmaciones sobre "bases científicas".
De la misma especie, es Daniel Estulin, que ahora a través del morinauseabundo ataca de nuevo, parodiando el cuento de Guedes, aquel del defecador. Hago uso de su escrito para demostrar lo anterior.
Cito: "El 30 de diciembre de 2006 la banda terrorista ETA coloca una bomba en una furgoneta que iba cargada con entre 200 y 500 kilos de explosivos, según las Fuerzas de Seguridad del Estado.", y luego: "¿Puede alguien en su sano juicio creer que se puede demoler una parte tan grande de una estructura de concreto reforzada con acero utilizando sólo 200 kilogramos de explosivos convencionales colocados en un solo lugar?". No usa el intervalo declarado por los peritos, hace uso del valor más bajo del intevalo, porque sirve a los propósitos de su demostración. Esto por brevedad, ya en un post reciente comenté como Estolin se salta a la torera el desmembramiento de AT&T por violar la ley antimonopolio estadounidense, que no encaja en la conspiración inventada por la febril y delirante mente de Estolin. Y más importante, las referencias de peritos u otros conocedores certificados brillan por su ausencia, por mas que reviso en internet sobre Estolin, no veo dato alguno que pruebe que el señor Estolin sea experto en explosivo o explosiones, no encuentro ni una sola referencia sobre su pertenencia en el pasado a algún órgano de inteligencia o al menos, algun organismo magisterial dedicado a estudios en las materias que trata.
Estos personajes afiebrados y trasnochantes, no soportan el escrutinio de un juez justo, porque falta la contraparte, que tiene derechos, voz y voto cuando de arrojar luz sobre un asunto de interpretación se trata.
Al conspirador por excelencia, el de los planes diabólicos y malintencionados para dañar a otros en su alocada carrera, al ahora senil y desenfrenado Fidel Castro, quien como un pequeño párvulo da saltos y bate palmas por los cuentos de Estolin, cercanos a su afición por lo anterior expuesto.

No hay comentarios: