martes, 1 de septiembre de 2009

Pensamiento.

Lo que se ve, no perdura ni sobrevive; lo grande y eterno, se lleva dentro, como los tesoros, como el tesoro mayor que es y tiene el hombre. No se és bueno o bondadoso por exhibirlo o presumir de ello, no se es libre porque sea voz y letra, todo ello ha de vivirse dentro, sentirse como el latido. No es piel, ni ojo, oído o sabor; pero es lo que nos hace grande en lo pequeño y fuerte en la desgracia.

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