miércoles, 5 de diciembre de 2007

El gato que anda solo.

El ser humano es un animal también, es una afirmación, para a continuación traer a colación como a menudo emplea métodos propios de animales por debajo de él en el reino de igual naturaleza. Hay fieras que para cazar, usan la táctica de aislar a uno de los componentes del grupo presa del ataque; de esta manera, puede ser atrapado y comido sin mayor daño para los o el depredador en cuestión.
El método anterior, forma parte diaria de las dictaduras conocidas y me atrevo a asegurar que será parte del arsenal de las por venir. Aquel que no solamente no comulgue con el dictador y sus métodos, sino, que además se atreva a denunciar a la tal dictadura, inmediatamente es perseguido, aislado del resto de la sociedad, sociedad más ocupada desgraciadamente en salir ilesos sus componentes que velar por la integridad de los que han caído en la mirilla de los sátrapas, dedicados a pastar luego del dantesco espectáculo.
La cacería, no suele ser tan explicíta, incluye subterfugios y triquimañas, como corresponde a la especie que está en la cúspide del reino animal; dentro del mismo grupo, se mantienen las distancias y el espacio necesario para evolucionar hacia la fuga, la carrera estrepitosa, dejando detrás al infortunado listo para ser devorado.
Si al principio puede haber algún acercamiento, el recuerdo del peligro vivido, hace retroceder aun a aquellos que han estado a punto de caer en la feroces fauces, que a su vez, salvaron el pellejo por congéneres de elevada humanidad.
Por fortuna, ha mucho concluí que quien no puede estar solo, no puede ser nunca buena compañia, que quien no se ama a sí mismo, jamás podrá amar al prójimo como debe, de manera que agradezco tanto las muestras de aquellos que me han dado aliento al escribir en este blog, como la de aquellos que me han vituperado, de igual manera, agradezco a aquellos que han reaccionado de forma natural, manteniendo la distancia de la probable presa, luego de oler el peligro.

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