Se lee en la Biblia que cuando aumentan los bienes, aumentan quienes los consumen, una proporción directa aplicable a la salud pública. El ser humano no es precisamente hipocondríaco por naturaleza, pero indudablemente, responde al estímulo exterior específico, que en este caso es la presencia de un médico, baste que un grupo reunido se declare alguien médico o sea de conocimiento de quienes lo componen y en algún momento alguno de los participantes se acercará o declarará al médico sobre algun mal particular que le aqueja.
Buen ejemplo de lo anterior lo constituye el sistema cubano de salud, donde se ha vulgarizado la profesión de Hipócrates y llevado a niveles de talleres de reparación y diagnóstico de autos, agravado por la insuficiencia de la infraestructura requerida para los fines de atender los enfermos y las enfermedades.
Se puede medir por las consecuencias palpables; una de ellas, no diré justicia divina, sino más bien, boomerang, es la adquisición de una bacteria hospitalaria por el morinauseabundo, víctima de su propio descalabro gubernativo, bacteria contraída durante la operación u operaciones a que fue sometido para arreglarle donde la espalda pierde el nombre publicable. Otra, menos visible, es la insuficiencia de antibióticos efectivos por el uso y abuso continuado de estos, que ha provocado enfermedades más resistentes a su tratamiento mediante los citados.
La proporción de malos médicos o matalosanos, al aumentar la cantidad de graduados de forma desmedida y apresurada, ha provocado vítimas de malas praxis, así, por ejemplo, personas que han sido sometidas a procesos quirúrgicos irrelevantes o de poco peligro para la vida, han fallecido por falas que van desde una deficiente aplicación de la anestesia, a errores por poca habilidad con el bisturí. Se conoce la manipulación de las estadísticas por parte de la dictadura, de manera que es casi imposible a fecha de hoy, determinar los casos y proceder en consecuencia. Los cubanos, nos vemos privados del acceso a la compensación o el emprendimiento de proceso legal para reparar o compensar, según sea, las consecuencias de los actos médicos que derivan en prejuicio de su salud o la de sus familiares; al natural secretismo de la cofradía sobre sus errores, se suma la contraproducente complicidad de las estructuras gubernativas para sostener la propaganda del dictador, cuando en la realidad, el sistema de salud cubano adolece de múltiples fallas inherentes por igual y consecuencia del sistema dictatorial imperante en la ínsula.
Atendiendo a aquello de "dime de que te precias y te diré de que adoleces", la realidad es bien distinta de la que pregonan por el mundo a los que quieran escucharle, como fariseos, hacen tocar trompetas delante de ellos cuando "ayudan" "solidariamente" a otros países, de cierto os digo, que están recibiendo su recompensa con creces, ver si no, al senil dictador atrapado en su desidia.
Buen ejemplo de lo anterior lo constituye el sistema cubano de salud, donde se ha vulgarizado la profesión de Hipócrates y llevado a niveles de talleres de reparación y diagnóstico de autos, agravado por la insuficiencia de la infraestructura requerida para los fines de atender los enfermos y las enfermedades.
Se puede medir por las consecuencias palpables; una de ellas, no diré justicia divina, sino más bien, boomerang, es la adquisición de una bacteria hospitalaria por el morinauseabundo, víctima de su propio descalabro gubernativo, bacteria contraída durante la operación u operaciones a que fue sometido para arreglarle donde la espalda pierde el nombre publicable. Otra, menos visible, es la insuficiencia de antibióticos efectivos por el uso y abuso continuado de estos, que ha provocado enfermedades más resistentes a su tratamiento mediante los citados.
La proporción de malos médicos o matalosanos, al aumentar la cantidad de graduados de forma desmedida y apresurada, ha provocado vítimas de malas praxis, así, por ejemplo, personas que han sido sometidas a procesos quirúrgicos irrelevantes o de poco peligro para la vida, han fallecido por falas que van desde una deficiente aplicación de la anestesia, a errores por poca habilidad con el bisturí. Se conoce la manipulación de las estadísticas por parte de la dictadura, de manera que es casi imposible a fecha de hoy, determinar los casos y proceder en consecuencia. Los cubanos, nos vemos privados del acceso a la compensación o el emprendimiento de proceso legal para reparar o compensar, según sea, las consecuencias de los actos médicos que derivan en prejuicio de su salud o la de sus familiares; al natural secretismo de la cofradía sobre sus errores, se suma la contraproducente complicidad de las estructuras gubernativas para sostener la propaganda del dictador, cuando en la realidad, el sistema de salud cubano adolece de múltiples fallas inherentes por igual y consecuencia del sistema dictatorial imperante en la ínsula.
Atendiendo a aquello de "dime de que te precias y te diré de que adoleces", la realidad es bien distinta de la que pregonan por el mundo a los que quieran escucharle, como fariseos, hacen tocar trompetas delante de ellos cuando "ayudan" "solidariamente" a otros países, de cierto os digo, que están recibiendo su recompensa con creces, ver si no, al senil dictador atrapado en su desidia.
2 comentarios:
A menudo se me quedan ideas por escribir, la premura y sobre todo conspira en esta omisión u omisiones. Sobre la salud, omití agregar que no se nace enfermo ni es condición natural o continuada del ser humano; por lo anterior, es de todo punto contraproducente, como lo demuestra la realidad cubana, hipotecar un país en un sistema de salud que definitivamente provoca más incovenientes y males que los que pudiera resolver o aliviar.
Como anecdota personal te puedo decir que por el ano 90 or 91 no recuerdo bien. Fui de urgencia al Calixto Garcia por un supuesto ataque de apendicitis y me hicieron una laparoscopia sin anestesia.
En contraste vemos como el gobierno cubano tan magnanimo con sus vecinos aliados regalan clinicas completas con equipos de alta tecnologia a Bolivia, Ecuador y otros mientras el cubano de Cuba tiene que llevar sabanas, toallas, bajon y hasta bombillos cuando ingresa a un hospital si consigue cama y si consigue medicos ya que la gran mayoria estan en misiones de apoyo en los paises aliados a las guerrillas terroristas y a los narcotraficantes del planeta.
Cada dia impresionan mas los logros de la ROBOLUCION!
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