Me cuentan hace mucho que la frase que da nombre a este post la acostumbraba a decir el dictador Fulgencio Batista. Afortunadamente al hacerla suya, privó a los "dirigentes" de hoy de su uso. Bueno, aunque la noticia la publicó Granma, quiero detenerme en los siguiente, vendrán 100 000 turistas venezolanos, mayormente o en su totalidad de bajos ingresos; a esa cantidad se le suma los venzolanos que ya están y vendrán por el acuerdo de salud así que serían más de 100 000. A eso se le suma los visitantes de otras nacionalidades de latinoamérica para el mismo fin de atender su salud.
Viviendo en este sistema desde siempre, espero que no para siempre, desconfio de las gratuidades, al igual que la inmensa mayoría de los cubanos. Cuando alguien nos ofrece servicios o productos grátis, se convierte automáticamente en persona de la que hay que recelar. Algunas cosas que también pasan por gratuidades, que en realidad son subsidios, como los productos del a libreta, dejan mucho que desear, tanto por su cantidad como por su calidad.
Gato encerrado hay detrás de esas gratuidades, como es el caso que nos ocupa, por supuesto, que nada de salud que Cuba ha otorgado a los latinoamericanos es gratis, es una especie de arreglo conveniente para las partes implicadas: los países, los pacientes y los médicos. Este arreglo no es explícito, no consta en documentos, al menos que yo haya visto o pueda ver. Cuba se beneficia fundamentalmente del petroleo venezolano, que ha venido a ser la tabla salvadora de la "revolución y el socialismo"; Chávez ha ganado adeptos agradecidos, dispuestos a ganar la vista a costa de su libertad, entre otros ejemplos; y los médicos cubanos en Venezuela, Bolivia y algunos pocos en otras regiones, han encontrado la solución a sus problemas materiales, tanto en dinero con valor real (dólares) como en otros productos de primera necesidad y de lujo además. Cierto es que también algunos no han cedido prenda al gobierno a cambio de pingües beneficios por mantener su fidelidad y su estancia en esos países, y han cogido las de Villadiego, no son más por las difcultades para desertar y el castigo si son atrapados en el hecho.
En esa introducción quise dejar claro el interés de las partes implicadas directamente. Ahora entraré en materia, en sustancia, en el meollo del asunto; la cantidad inmensa de personas venidas desde el extranjero, con mínimos o ningún control sanitario, ha provocado la aparición de enfermedades comunes más agresivas. La explicación entre otras esta dada por el choque, para decirlo de forma comprensible de el sistema inmunológico del cubano común con virus que ya han mutado de forma diferenciada por años, algunos imagino que los trajo Colón, agreguésele a esto, la infidad de virus traídos desde lugares remotos de la Selva del Amazonas, nunca enfrentados a la civilización. El impacto fuese menor, si la cantidad de personas venidas de esos lugares no fuera tan extensa y no pasearan libremente en el territorio nacional, con recursos suficientes aportados por Chávez. Ayer recién quede apesadumbrado al ver como son transportados estos pacientes visitantes, cuando en Cuba sufrimos el toque de queda virtual a partir de las 7 de la noche más o menos por la ausencia de transporte.
El sistema de salud cubano "gratis" o mejor, como solemos decir, no tengas un socio en un hospital, que te mueres o te matan, a pesar del maquillaje y las fanfarrias publicitarias está francamente en decadencia. Entre el desinterés de los médicos, el robo de cualquier cosa vendible en el mercado negro, la ausencia de medicinas eficaces y una larga lista de situaciones adversas presentes y por venir, han convertido ese sitema de salud en una especie de Sala 8 macabra. No existen records y las estadísticas oficiales son por demás harto sospechosas. La complicidad médica natural se ve aupada por el sistema, temeroso de sacar los trapos sucios a la opinión mundial o a los medios. Sin un control real, independiente, que no sea parte del sistema y esté dedicado a exponer las fallas a la opinión pública para su corrección, no es posible contar con la mejora probable o posible del sistema de salud cubano. Eso aparte de proteger al ciudadano de la mala praxis médica.
Otro factor agravante es la pobre dieta del cubano. Y sí, como no, mente sana en cuerpo sano, más bien, cuerpo sano en mente sana; es verdad de perogrullo como afecta el estado de ánimo de manera relevante en el sistema inmunológico, ese estado de ánimo en el cubano mayormente se situa a ras del piso, no cesan las atribulaciones tanto materiales como espirituales de la cida diaria, predisponiendo al organismo junto a lo ya mencionado a una debilidad ante virus y otros agresores del organismo humano del cubano.
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