lunes, 1 de noviembre de 2010

El parto del monte.

Por dos días, el bodrio Granma, la abuelita alzhemeriana, publicó fragmentos del discurso del dictador sustituto; mientras leía los meses reunidos varios supuestos sesudos para terminar definiendo los cambios que hoy se producen, recordé aquello del monte que parió un ratón; los cambios que se producen, es como si hubiesen leído de prisa el manual del capitalismo, leído la parte de los despidos y el apéndice para un capitalismo brutal, de finales del siglo XIX y principios de siglo XX, el resto, como promover la inversión, la creación de capital y riquezas en un país con libertad y democracia, se lo saltaron en su totalidad.
Visto el resultado de los cambios en la agricultura, hechos ya hace 4 años, los cuales son nulos y brillan por la ausencia de efectividad; no se puede esperar de este arbol malo fruto bueno; ahí lo tienen, este año se ha tenido que exportar café, increíble.
No se puede estar con Dios y con el diablo, esa verdad de perogrullo, insiste la dictadura en ignorarla. Estos diablillos anciánicos y extraviados mentalmente, aun persisten en profundizar la debacle económica del país.
En lo que el palo va y viene, estoy enfrascado en descubrir de donde rayos salen los gorgojos que han plagado el único y magro pan diario que me corresponde, esto es de mucha más importancia vital que adivinar cual será el próximo parto de este que se dice monte y no es más que un túmulo de arena que la ventizca del progreso hará desaparecer.

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