martes, 30 de septiembre de 2008

La muerte de una dictadura.

Perdura, lo que propende y promueve el desarrollo humano, aquello que ha probado el decursar del tiempo ser conveniente para la humanidad y su meta de cotas cada vez más altas en la convivencia y los mecanismos adecuados a ella.
Es deber de gobernante y gobierno, propiciar el desarrollo de las instituciones o la creación de aquellas que sirvan para dar solidéz a la democracia, forma de gobierno aceptada como la adecuada para los propósitos del párrafo primero.
Aquel gobierno o gobernante quienes desvarían con el propósito de perpetuarse en el poder, creando y modificando la estrucutra gubernativa para tal fin, tendrá como resultado que a su desaparación, esas instituciones desaparezcan con él.
En Cuba, con una dictadura de 50 años, no termina de llegar la libertad y se puede apreciar en esta hora final del dictador, como se desmoronan las instituciones, loas mecanismos creados para perpetuarle a él en el poder. Se observa creciente desorganizacion en cuanto a forma de actuar y conducirse, pues no se divisa claramente propósito o concierto por parte de aquellos, que dicho sea de paso, muchos han ascendido por la capacidad para sostener el propósito del dictador, más que por su aptitud, como he dicho en otro post, por actitud en lugar de por su aptitud. La relajación evidente de la disciplina, se aprecia en los medios oficiales mediante la amenaza velada o directa a todos lso que padecemos por igual este absurdo sistema.
Como ya es costumbre en todos estos depredadores de la humanidad, es preciso un enemigo, un blanco hacia el cual desviar el descontento de la debacle provocada por ellos mismos. Desde su mismo origen, hizo pasar como enemigos del pueblo a todo aquel que se le opusiera, pero necesitaba un enemigo con el cual lucirse, más que aquellos infelices que se atrevían a desafiarla, aquellos que le señalaban la pezuña de lobo bajo el manto de cordero; pues muchos no se tragaban el cuento de ver personas como ellos y verlos como enemigo; ahí fue cuando echó mano el dictador de un "enemigo", EEUU; dividiendo el mundo a su antojo, como luego ha hecho cuando no facilitaba su propósito la configuración mundial que devino. Se cuidó de silenciar el resto de la información llegada al ciudadano común, quien pudiera percatarse del engaño de tener una fuente alternativa, una opinión u opiniones que no fuese la del dictador.
Ni aun las amenazas, el terror y la represión, le valen ahora que fenece para hacer funcionar el sitema inventado, desarrollado y sostenido en aras de conservar el poder a toda costa.
Hoy casi no se habla o se le menciona, no se le recuerda, mañana él y su dictadura, serán un mal recuerdo, un tiempo oscuro y cruel que vivimos los cubanos en nuestra historia.
Y siempre ha de haber, cuando probemos de la dulce miel de la libertad, quien nos recuerde la hiel, el trago amargo, para evitar en el futuro, volver a tomarlo.

No hay comentarios: