martes, 28 de abril de 2009

La ley de desajuste cubana de Cuba.

Varias personas esperan ser atendidas; los casos van del absurdo a la tragicomedia. Un hombre mayor, que sólo tuvo vínculo durante 4 meses con Salud Pública, lleva años getionando la salida definitiva; en otra triste arista, una mujer, doctora, se queja amargamente de no haberse quedado en ocasión de la misión internacionalista en Venezuela, ya va para 2 años que no ve a los suyos, preocupada por la distancia que hace cambiar fidelidades, ellos obligados a irse antes que ella para no perder la oportunidad, mientras, ella es retenida sin esperanza de solución. El rosario de casos, en el sistema de salud en particular, de secuestrados por la dictadura, desborda cualquier estadística, cualquier antecedente de personas retenidas en contra de su voluntad. Igualmente sucede para muchos otros cubanos de otros oficios o profesiones, de cualquier estamento social.
Ahora, con Obama en el timón norteamericano y tras los aspavientos, ides y venires de ambas partes, he recordado el gobierno de Carter, durante el cual, incluso circulaba el rumor aquí en la isla de la conversión primeramente de la Base Naval de Guantánamo en un destino turístico para militares y civiles de la vecina norteña y luego, su entrega a Cuba. Mientras, ambas partes juegan un extraño ajedrez a ciegas, Obama públicamente limita el alcance y nuevas concesiones a la dictadura cubana, pero entre telones, replica con tuteos para acercarse, sigue concediendo; del otro lado del estrecho, acá, barajan las posibilidades para hacer tropezar al inquilino del capitolio en Washington; se anuncia la agilización y resolución de los permisos a propietarios de embarcaciones para hacerse a la mar, sugieren el absurdo, esto lo achaco al demente senil, de canjear espías por opositores cubanos, estos últimos injustamene condenados, pagando el precio de su oposición pacífica con largas penas de carcel, con el riesgo de ser eliminados mientras transcurre esta, los antecedentes muestran la veracidad, la congruencia de ello con el proceder de la dictadura. Otros mejunjes, sin dudas, cocina la dictadura, el objetivo es presentar a los americanos como grandes culpables. En el pasado han tenido éxito, más que todo, por la reacción norteamericana, correspondiente con los despropósitos dictatoriales.
Han tenido mayor o menor éxito, depende de la época y la coyuntura, en presentar el embargo como bloqueo, como una iniciativa nortamericana, falta de base o lógica, caduca hoy día; queriendo que se olvide u obvie el real origen del embargo, la respuesta a medidas de confiscación, entre otras, sobre propiedades de ciudadanos norteamericanos y por qué no, de cubanos, medidas injustas, dañinas del comercio y las relaciones internacionales; el derecho propio termina donde comienza el ajeno, y en este límite, se ha de ser cuidadoso, pecar por defecto antes que por exceso. Atender a los deseos más que a los derechos de los norteamericanos de hoy, sería privar a aquellos despojados injustamente por la dictadura de los suyos; ignorar la justicia debida a estos norteamericanos de ayer, cuyos descendientes, aun esperan por el efecto y consecución de esa justicia.
Aun cuando a fecha de hoy, la ley que permite a los cubanos permanecer legalmente en EEUU, pueda parecer discriminatoria o ausente de contenido jurídico, se olvida le realidad de esta ley de proteger a un pueblo entero perseguido por una dictadura de 50 años, la más longeva en estas tierras de América.
Esperemos que el gobierno actual de EEUU, no permita dejarse llevar por las provocaciones de la dictadura cubana, pero a su vez, actúe con apego al espíritu de la legislación americana, o lo que es igual, con apego a la democracia que ha sobrevivido más de 200 años, viendo caer dictadorzuelos, empeñados en destruirla; fascismo e imperios con el mismo despropósito; abrgiando como aquel en su día, a maltratados, perseguidos y pobres de espíritu.

2 comentarios:

cuba dijo...

Quiero felicitarte por tus artículos realmente comunicas muy bien la idea con palabras sencillas.
El mundo y los cubanos que estan por el mundo estamos cada dia pendiente y con la esperanza de escuchar una buena noticia pero cada dia la cosa va a donde todos sabemos y nadie quiere a que los dueños de la finca eliminen cualquier resquisio de de mejora ya estoy pensando en dejarselo al gran salvador de los imposible al tiempo

Patriuska Soloviev dijo...

A propósito del día de la libertad de expresión, hago uso de la misma y le hago una pregunta a nuestra querida, compañera de lucha: ¿Quién eres verdaderamente Yoanis Sánchez?

Estimada Yoanis:
Recientemente he tenido ocasión de ver un vídeo tuyo colgado en YouTube en el que nos brindas una larga, vacua e irrelevante perorata sobre la falta de libertades que padeces en Cuba y la represión y coerción que las autoridades castristas supuestamente te reservan. Y digo lo de irrelevante porque todo eso que nos cuentas nos suena ya a todos, con la diferencia de que quien esta vez nos lo describe es una mujer que publica una bitácora en Internet, que ha recibido un premio internacional (el Ortega y Gasset del grupo español PRISA), muy bien remunerado, por cierto; y que, hasta el día de hoy y para suerte suya, no conoce las penalidades penitenciarias que Elías Biscet sufre a diario. Y he ahí lo curioso del tema: cualquiera que te escuche y no conozca el descaro cubano, podría llegar a pensar que eres Oscar Wilde hablándonos desde las mazmorras de la Inglaterra victoriana.
A día de hoy, personas como tú o como Gorki (líder de esa escoria musical llamada “Porno para Ricardo) no han demostrado otra cosa que, repito, descaro y buen saber a la hora de aprovecharse muy vulgarmente de la “represión castrista” para tener una relevancia pública que les queda grandes a ambos (tú como escritora, periodista, cronista o intelectual no vales absolutamente nada, seamos sinceros. Disculpa la contundencia de mi afirmación, pero es que verdaderamente es así. Gorki, directamente, lejos de acercarse a la grandeza de otros grupos reivindicativos como “The Clash”, es un castigo musical). Los dirigentes comunistas viven a costa del pueblo cubano y eso los convierte en criminales. Tú vives a cuenta de esa opresión (de hecho, te mantienes económicamente gracias a tu “supuesta lucha” contra la tiranía castrista. El dinero te sigue llegando desde el exterior, mientras tú te dedicas a golpear cazuelas, hablar de tonterías desde tu blog y acudir a conciertos del subnormal de tu amigo Gorka. Menuda contestaria estás hecha), lo que te deja en un lugar no muy favorable a nivel moral. Mientras tanto, Elías Biscet está en la cárcel, enfermo, aislado, abandonado por todos y, por supuesto, sin vivir de su lucha contra Castro. ÉL LA PADECE AHORA , EN PRIMER TÉRMINO; LA SUFRE INCLUSO FÍSICAMENTE;. SU REBELDÍA LA PAGA A CADA MOMENTO EN SUS PROPIAS CARNES; no desde un tranquilo dormitorio, con una cámara de importación filmándonos y hablando de terribles opresiones, mientras acariciamos laptops último modelo, como curre en tu caso.
La opresión de la que tú hablas existe, ya lo creo que existe. Pero tú no la conoces verdaderamente al nivel que quieres hacernos creer. En tus palabras, tus actitudes y tus actuaciones, hay mucho de estudiado, exagerado, fingido… Es como la pobre interpretación de una actriz mediocre. No sabe darle matices, no acierta a la hora de superar la unidimensionalidad a la que reduce a su personaje. Sobreactúas, querida Yoanis. Te faltan tablas y te sobra ambición para semejante peliculón. Supongo que tampoco ayuda mucho que quienes han diseñado el filme, el guión y tu papel (bueno, el papel te lo trabajaste tú, codazo a codazo, hasta hacerte con él, por encima de otros candidatos dispuestos a hacer lo que sea con tal de vivir del negocio de la “oposición a la tiranía”), hayan caído en terrible error de la caricaturización. El castrismo se retrata por sí mismo como la dictadura despreciable que es. Resulta innecesario el recurso a la exageración, la hipocresía, la falsedad, la mentira… Con tus payasadas, desacreditas la labor opositora que Elías Biscet sacraliza con su martirio. Verdaderamente, sobras. Tú misma deberías ser consciente de ello y apartarte del mal camino antes de que los pobres bobos que te jalean se vuelvan contra ti el mismo día que quienes te financian lleguen a la conclusión de que ya no eres necesaria. Pero no puedes hacerlo. Tienes tantas ansias de protagonismo… Has sido toda tu vida una pobre mosquita muerta y ahora te ves encumbrada a la notoriedad pública. Lejos parecen quedar atrás los días en que tu ausencia de carisma y ese físico tuyo tan escasamente agraciado te redujeron a ser el patito feo allá donde ibas. Tampoco diremos ahora que te hayas convertido en un cisne a raíz de tu nueva y exitosa pose contestaria. En todo caso, te habrás metamorfoseado en buitre. Sí, ambos son aves, pero hay pajarracos y pajarracos, querida.
Y qué decir de tus cándidas e inocentes (bueno, tal vez no tan inocentes) afirmaciones sobre la libertad y la democracia del mundo capitalista. Quien te habla es una cubana con titulación universitaria que vive en España de su trabajo, un buen empleo con un buen salario. Qué suerte, te dirás. Ninguna suerte. Tú vives mil veces mejor que yo (sobre todo tú, que no das un palo al agua y vives de la ayuda exterior). ¿Acaso sabes lo que es pagar el alquiler de tu vivienda, lo que constituye la tercera parte de mi salario mensual? ¿Sabes lo que es pagar dinerales por el agua corriente, la electricidad de tu hogar, el teléfono? ¿Sabes lo que es tener que vivir de crédito, esto es, vivir en base a rentas futuras anticipadas, porque no te alcanza el dinero para el día presente, en un mundo en el que los despidos están al orden del día? ¿Sabes la garantía certificada de próxima esclavitud que ello constituye? Aquí te cobran hasta respirar. Pero eso no es lo peor. Ni mucho menos. Lo peor es saber que aquí, en este mundo capitalista que tanto admiras (esto no es la Arcadia , ni Cuba el infierno, amiga mía. En el término medio tal vez esté la verdad), si un buen día pierdes tu empleo y no tienes con qué pagar el alquiler o la hipoteca, te echan a la puta calle como si fueras basura. Sin miramientos. Aquí nadie tiene garantizada ni la vivienda, ni el alimento ni nada. ¿Cuánto pagas por tu vivienda, Yoanis? ¿Hasta qué punto estás endeudada? Oye, y la sanidad a la que recurres cuando estás enferma, ¿te sale muy cara? Sí, ya sé que en Cuba hay hacinamiento en las casas, que no hay medicinas suficientes, que ciertos alimentos escasean… Muy cierto. Así que supongo que los cubanos de la isla estarán trabajando como locos para subir la producción (por ejemplo, la agrícola) y con ello el excedente de productos, permitir la exportación y tener así ocasión de importar de Venezuela, Irán, Brasil o Bolivia lo que les falta. Ah, no, espera, que los cubanos ni siquiera producen alimento suficiente para ellos mismos. Ah, no, espera, que en un país que es un jardín gigante y fértil como pocos, nadie trabaja la tierra. Ah, no, espera, es que allí simplemente nadie trabaja. Hacen como que trabajan. Van a sus centros laborales, actúan un ratico sin dar un palo al agua y después, a casita. Y todavía se quejan de que sus salarios son bajos. Ni un puto peso deberían recibir. Supongo, Yoanis, que, como tú eres una intelectual de primer orden y quieres poner en claro los problemas que acucian al Caimán, ya habrás escrito sobre esto, llamando al pueblo cubano lo que es: vago, indolente, apático, irresponsable, infantil, estéril, hipócrita, mentiroso… Bueno, pues por lo que veo en tu blog, no has escrito ni una línea de todo eso. Supongo que con decir que la culpa de la penosa productividad cubana es de los castristas, ya te tendrás por una analista de primer orden. Pero a mí no me engañas. Yo soy cubana y he vivido entre cubanos. ¿Dónde están esas ansias de libertad, pluralismo político y cultural del cubano? ¿Por qué nadie de la isla nos pide a los de fuera LIBROS en vez de MP3s y laptops? Sí, libros de ensayo sobre la problemática cubana, sobre los procesos políticos acaecidos en los países ex comunistas, sobre organización de redes sociales… En definitiva, sobre cualquier materia que pueda ayudarles a plantear una alternativa ideológica, organizativa, cultural… Muy sencillo: porque el cubano de la isla sólo quiere singar, beber, ir de fiesta, bailar, trabajar lo mínimo y gozar lo máximo que pueda. Todo lo demás es pura demagogia. El pueblo cubano lleva muchas décadas descuidando sus responsabilidades políticas y sociales. Recurre al victimismo como disculpa permanente. Pero el hecho es que nosotros le dimos el poder a Castro y nosotros hemos sido incapaces de arrebatárselo. ¿Y dónde están los grupos de resistencia a nivel interno? ¿Dónde está la movilización en las universidades? ¿Y los gestos de desafío al régimen, más allá de tres cazuelas sonando en plena noche y cuatro amas de casa vestidas de blanco dando vueltas como bobas? Nada de nada.
Pero vayamos más allá. Dime, Yoanis, si mañana ocurre un milagro y desaparecen los castristas, ¿qué va a hacer el pueblo cubano? ¿Se va a poner a trabajar como loco para salir de la miseria material que padece? ¿Va a exigir participar de la creación de las estructuras institucionales para que la naciente democracia no acabe convirtiéndose en una partitocracia, como en Europa y EEUU? ¿Va a vigilar por la existencia garantizada de un estado de derecho y del bienestar que ni siquiera conoce? ¿De dónde van a salir los grandes capitales que hayan de reconstruir la nación? De los propios cubanos, desde luego, no. Ni siquiera de los más afortunados de entre el éxodo de Miami. Por un lado, no tienen dinero suficiente. Por el otro, ya son más yankees que cubanos y no ven demasiada rentabilidad en semejante hipotética inversión, por si no te habís dado cuenta aún, alma cándida. ¿Entonces, de dónde surgirán las inversiones necesarias? De capital privado extranjero y de ayudas de países capitalistas y organismos como el FMI. Interesante, sin duda. El FMI y las potencias extranjeras exigirán que Cuba se adecúe en su comportamiento económico a los principios del liberalismo y el libre mercado, y las empresas extranjeras simplemente funcionarán en suelo isleño en base a las leyes de la rentabilidad. Después de cinco largas décadas en las que todo el mundo ha tenido empleo si así lo ha querido, llegan los yumas, se hacen con las empresas estatales; los gerentes empiezan a analizar el papel que desempeña cada trabajador en la empresa; la mayor parte de los currantes no hacen nada y lo hacen mal. Despide a la mitad de la plantilla e incorpora savia nueva. ¿Qué hacemos con los despedidos? ¿Cómo van a pagar su manutención en un contexto de mercado, en el que el precio de todo va a subir rápidamente y la libreta habrá desaparecido? ¿Los dejamos morir de hambre? No, establecermos subsidios, claro. ¿Con qué dinero? Con el de los beneficios de las empresas estatales no podrá ser, porque ya habrán sido privatizadas. Problemón. Entonces, dirán los más listos, con los impuestos. ¿Impuestos? Cuidado, no gravemos demasiado las rentas más altas, como la de los nuevos inversores, no sea que decidan llevárselas a otra parte del mundo. Coño, esto es más complicado de lo que parecía. ¿Y qué ocurrirá cuando se privatice, como en el mundo capitalista, el agua corriente, la electricidad y el teléfono? Escalada de precios. El cubano empieza a pensar: “Pues esto no es tan bonito como me lo habían dibujado? Me dijeron que podría tener carro, celular e Internet, pero no me habían dicho que había que pagarlo”. Y es que ahí está el problema: el cubano lo quiere todo gratis. Papá Estado provee desde hace 50 años y no conocemos el precio de ganarse el pan con el sudor de la frente, en el aspecto más gráfico del concepto. El cubano no trabaja ni sabe trabajar. ¿Va a aprender de pronto, con que simplemente caiga el castrismo, Yoanis? ¿Va a aprender en dos días a ser rentable para su empresa? ¿Va a dejar de robar a ésta porque sí, porque ahora va a romper con esas malas prácticas, dejando de mangonear de su centro de trabajo? ¿Cuántas décadas de reconversión y socialización serán necesarias para convertir a los cubanos en un pueblo trabajador, responsable y productivo? Pero estoy divagando. Podría extenderme mil páginas más sobre la sinvergüencería del cubano (mal padre, mala madre, peor cónyugue…, pecados todos estos que no podemos achacar a Castro, claro está, y que tú no tienes ovarios ni lucidez suficiente para reflejar en tu bitácora. Aunque, claro, por esas cosas no te pagarían los señores del exterior…), pero no quiero hacerme mala sangre. Así que retomaré el hilo de mi argumento.
Yoanis, me divierte cuánto sobrevaloras ciertas libertades que tenemos en el mal llamado “Primer Mundo”. No te negaré que siempre es mejor disfrutarlas que vivir sin ellas… pero no relucen tanto como algunos pudieran creer. Hablemos, por ejemplo, de la libertad de expresión, publicación, etc… Sí, es cierto, en España puedo cagarme en la puta que le parió al presidente de gobierno Zapatero cuando me venga en gana, ya sea en voz alta, en formato escrito o en un disco de boleros. Puedo llamarle bobo, incapaz, demagogo y estúpido. Y ahí queda todo. Se nos da el derecho a la pataleta, pero nada más. Nuestra opinión ni cuenta ni influye prácticamente en el gobierno. Ahora mismo estamos padeciendo la crisis económica y ¿qué crees que ha hecho el ejecutivo español antes de nada? Darle liquidez a los bancos, los mismos que han impulsado esta crisis. A la sociedad civil española lo único que le ha dado esa mafia a la que llamamos “gobierno” es por el culo.
¿Sabes cuántas personas están perdiendo sus casas ahora mismo en este país? No, claro que no. ¿Sabes cuántos millones de desempleados hay? Yo te lo digo: cuatro. ¿Sabes cuántos millones de hogares no tienen ni una solo miembro con empleo y están condenados a la miseria más horrible? Más de un millón. ¿Tienes idea de cuántas familias están pasándolas putas para pagar la electricidad, el alquiler, el agua, el teléfono? Claro que no tienes ni idea. Tú sólo hablas la mierda que te interesa, loas lo que no conoces y lames la mano que te da de comer, como buena perra que eres.
¿Crees de verdad que aquí, en Europa y EEUU, tenemos una verdadera democracia? ¿De verdad crees que aquí el poder político está en manos del pueblo? ¿Eres de las que se tragan eso de que gobiernan los gobiernos o eres un poquito más avispada e intuyes que aquí cada iniciativa institucional está impulsada por los poderes económicos? ¿Vas a tener la osadía de afirmar que hay separación de poderes? ¿Tienes el más mínimo conocimiento de hasta qué punto los sindicatos sólo responden a sus intereses propios, dejando de lado al trabajador de a pie? ¿Sabes las pocas garantías judiciales que tiene el trabajador medio al no poderse pagar un abogado competente y, por ende, caro?
Entonces me dirás: “Ya, todo eso está muy bien, pero al menos ustedes pueden salir de su país”. Sí, eso es cierto y es la gran diferencia, no lo dudo. Pero ahora te pregunto: y si mañana a ustedes, los cubanos residentes en la isla, les diesen también esa misma libertad, ¿cómo se costearían los viajes? ¿Con qué dinero? Ah, ya sé, el de fuera. El de los familiares emigrados. El del grupo PRISA que te paga a ti bajo manga. Sí, lo de siempre. Vivir de otros, nuestra gran especialidad. Queremos, como siempre, que otros nos otorguen el derecho a salir de Cuba y nos lo paguen. Pero de lucharnos el derecho, por las buenas o por las malas, nada de nada. Y de pagarnos el billete de nuestro bolsillo, mejor ni hablamos. Siempre tendremos a mano un bobo al que sacárselo: un familiar, una ONG, un yuma necio que se deje jinetear, el grupo PRISA…
Y salir, ¿para qué? ¿Para visitar el museo madrileño del Prado o para quedarnos a vivir en España? Porque ésa es otra. ¿Sabes hasta qué punto están hasta los huevos los europeos de ver llegar a más y más inmigrantes, mientras no hay trabajo ni siquiera para ellos? Pero a ti te da igual, estoy segura. Tú, a lo tuyo. Los demás, que se jodan.
Así que mejor te doy unas indicaciones, que te veo muy perdida.
Veamos. Si has sido un poco observadora, habrás deducido por mis afirmaciones anteriores que detesto tanto el capitalismo como el comunismo y que, en el fondo, no son tan diferentes como nos intentan vender las clases dominantes de ambos sistemas. De hecho, considero que no importa dónde vivamos ni bajo qué régimen hayamos de desarrollarnos: la clase dominante siempre tratará de jodernos vivos. Y lo digo con conocimiento de causa, pues he vivido bajo el comunismo y bajo el capitalismo. Por eso, me importa más el comportamiento individual, la calidad personal, que todas las arengas políticas. Al final, todas las ideologías son, como decía Marx, proyectos de dominación; y todas las actitividades políticas remuneradas, un negocio y nada más. Y ahí entras tú.
Lo cierto es, Yoanis, que debes aprovechar tu momento. Saca toda la pasta que puedas ahora, jineterita del ciberespacio (jinetera como toda aquella persona que se arrima a algo o alguien no por amor o sintonía, sino por el vil interés material, concepto este que te retrata perfectamente). Pronto se acabará el negocio y, tras una sonora patada en el culo por parte de quienes hoy te pagan –fingiendo que no saben que eres una hipócrita de mucho cuidado y una interesada ante todo-, pasarás a formar parte del pasado folclórico de la isla, como una opositora aprovechada más. Al fin y al cabo, tú no estás en condiciones de aportar nada a la posibilidades de un cambio político en la isla, y cuando comience la transición hacia el nuevo régimen que haya de surgir, y los represores comunistas y los opositores políticos del ayer hagan borrón y cuenta nueva y se limpien el culo con toda la literatura de condena mutua del pasado, tú no serás más que una boba molesta a la que hay que apartar del primer plano, pues ya no les interesará tu papel de opositora de salón y reprimida acacuelada. Desaparecerás de la agenda pública del mismo modo que surgiste: en un abrir y cerrar de ojos.
Y entonces será el momento de la evaluación, del análisis de tu obra y herencia, de lo que han salido ganando los cubanos con tu praxis, de juzgar si has sido alguien de moral intachable que haya podido inspirar a la siguiente generación. Veremos entonces también qué has sacrificado tú en la lucha por la democracia en Cuba, porque, a día de hoy y por tu parte, no hay ni una sola renuncia real en tu supuesta lucha. Ni cárcel, ni desalojo de hogar, ni nada de nada. Tus quejas, de hecho, son: a) que no puedes leer periódicos extranjeros; b) que no puedes viajar fuera de la isla; c)que no puedes acceder en Internet cuando te apetezca ni cuanto te apetezca… Pues bien, esas graves carencias que denuncias podrían haber salido de boca de un panadero, de un universitario, de una jinetera, de un albañil. No te diferencias en nada de todos ellos porque… simplemente no has hecho nada especial, nada verdaderamente comprometido, nada verdaderamente relevante a nivel político. ¿Por qué entonces mereces tanta atención? Porque tú misma la buscas con desesperación, a pesar de que, una vez bajo el foco mediático, no hay el más mínimo elemento novedoso en tu bagaje discursivo. No hay un ápice de relevancia de ningún tipo en ti, ni la más mínima representatividad. De hecho, eres una desconocida para el cubano de a pie. Se te conoce un poco en el extranjero, pero ¿en la isla? Ni un 2% de la población isleña está al corriente de quién es Yoanis Sánchez ni a qué se dedica. No eres más que un muñeco artificialmente sobredimensionado desde el exterior, muy poquita cosa en la distancia corta y decepcionante desde todo punto de vista en el plano de los hechos.
A día de hoy, Elías Biscet sigue en prisión. Su conciencia cristiana le dictó primero oponerse a realizar abortos y después a seguir en silencio ante la tiranía castrista. Tan peligrosas les parecieron a los jerarcas comunistas sus palabras y su actitud que lo enjaularon y maltrataron hasta enfermarlo. Tú sigues libre, sana y salva. Muy peligrosa no debes de ser a ojos de los castristas, por tanto. Quién sabe, a lo mejor hasta son ellos mismos quienes te han encumbrado con la ayuda de PRISA para fingir tolerancia hacia los opositores, Es muy probable. Pero si retomamos la argumentación moral, diré que sólo puedo admirar la integridad de Biscet, un hombre capaz de sacrificar su salud, futuro profesional y hasta su propia existencia con tal de oponerse al mal. A día de hoy, tú sólo nos has demostrado que sabes escribir bobadas, golpear cacerolas y poner cara de mártir. Y punto. Y nada más añadirás a tan exiguo bagaje, porque no tienes nada que ofrecer. No eres más que un puto fraude. Como lo has leído: UN FRAUDE. Hazte a un lado y deja de comer tanta pinga, jineterita.