Al ser Cuba un gobierno dictatorial, la oficialidad mediática y la cara pública, refleja las intenciones del dictador, en este caso el segundón, a quien como es de suponerse, no se le podían pedir peras; luego de la firma de los tratados de derechos civiles, el cuartico está igualito, la legislación cubana permanece idéntica, contario a la exigencia modificativa derivada de la firma de esos tratados, si alguien creyó en una apertura, en algun guante de seda enfundado, la realidad de los hechos, siempre contundentes, demuestra lo contrario a la creencia o expectativa; el acto pacífico de las Damas de Blanco en la Plaza, fue reprimido al clásico estilo del hermano-dictador-ausente por este nuevo dictador p.s.r., más recientemente, la arremetida mediática contra las personaldades de la oposición, con los acostumbrados ataques personales o las tremebundas "revelaciones" acerca del transcurrir de la vida privada de estas personas, hace pensar en una próxima ofensiva o escalada de la violencia dictatorial contra los opositores.
Como era de esperar, no han encontrado alguna forma nueva o novedosa para describir o transmitir la información; de antaño, el irrespeto por el projimo trashuma en la anécdota irrelevante; el chisme insidioso, falto de propósito e infantil, se hace reiteradamente, así por ejemplo, arremeten contra una dama de blanco porque contrario al accionar de estos fariseos, no se rasga las ropas o lanza polvo sobre su cabeza, no entra en estados histéricos o maldice a todo y a todos por su infortunio, esto para los clásicos simuladores de la dictadura es pecaminoso, inconsecuente con el extremismo, la intolerancia que es su estado natural, intrínseco.
Han evitado esta vez las imagenes, sería peligroso por la inmediata florecencia de opositores, empujados por la miseria cabalgante consecuencia de 50 años de dictadura. No obstante, la mentira queda al descubierto y usan de tonterías, por no usar un epíteto más cercano a la descripción real del suceso, como esta de un foro en el que pueden emanar regulaciones o se puede legislar en materia de comunicaciones, tomándose atribuciones del organismo internacional y sus órganos permanentes.
Si alguno piensa sobre la cruzada Marielística pro homosexuales como una prueba o síntoma de ablandamiento, de cambio, está equivocado de plano, es otro clásico más de la misma cosecha familiar, quien no recuerda las tantas veces que el dictador ponía de moda según su enfermiza disposición, las campañas por la igualdad de derechos de la mujer, la eliminación del racismo, etc; en la práctica, las dictaduras siempre han demostrado ser inconsecuentes, aun en el seno familiar, así, Dalia, la pareja del sátrapa, le fueron otorgados los mismos derechos que siempre a tenido la mujer cubana, es decir, tiene derecho a mantener la higiene del hogar, tiene derecho a permanecer callada cuando hable el hombre de la casa, tiene derecho a ocuparse de la vida de los hjos, tiene derecho a ser nada más que un apéndice de quien ostenta la responsabilidad del hogar, tiene derecho a callar y reprimir las muestras insatisfechas ante la infidelidad conyugal, los maltratos de obra, palabra o cualquier otro acto pasajero por parte de quien ostenta la responsabilidad de mantener el hogar. No ha cambiado mucho la situación de antes del dictador y la dictadura más allá del cambio lento e insuficiente provocado principalmente por estar nuestro país expuesto a la modernidad y el contacto con culturas del primer mundo. En la práctica, no reflejara la hija del dictador de mostacho, otra cosa que el estado actual de ese contacto con la modernidad, presente en cubanos de la isla.
Como era de esperar, no han encontrado alguna forma nueva o novedosa para describir o transmitir la información; de antaño, el irrespeto por el projimo trashuma en la anécdota irrelevante; el chisme insidioso, falto de propósito e infantil, se hace reiteradamente, así por ejemplo, arremeten contra una dama de blanco porque contrario al accionar de estos fariseos, no se rasga las ropas o lanza polvo sobre su cabeza, no entra en estados histéricos o maldice a todo y a todos por su infortunio, esto para los clásicos simuladores de la dictadura es pecaminoso, inconsecuente con el extremismo, la intolerancia que es su estado natural, intrínseco.
Han evitado esta vez las imagenes, sería peligroso por la inmediata florecencia de opositores, empujados por la miseria cabalgante consecuencia de 50 años de dictadura. No obstante, la mentira queda al descubierto y usan de tonterías, por no usar un epíteto más cercano a la descripción real del suceso, como esta de un foro en el que pueden emanar regulaciones o se puede legislar en materia de comunicaciones, tomándose atribuciones del organismo internacional y sus órganos permanentes.
Si alguno piensa sobre la cruzada Marielística pro homosexuales como una prueba o síntoma de ablandamiento, de cambio, está equivocado de plano, es otro clásico más de la misma cosecha familiar, quien no recuerda las tantas veces que el dictador ponía de moda según su enfermiza disposición, las campañas por la igualdad de derechos de la mujer, la eliminación del racismo, etc; en la práctica, las dictaduras siempre han demostrado ser inconsecuentes, aun en el seno familiar, así, Dalia, la pareja del sátrapa, le fueron otorgados los mismos derechos que siempre a tenido la mujer cubana, es decir, tiene derecho a mantener la higiene del hogar, tiene derecho a permanecer callada cuando hable el hombre de la casa, tiene derecho a ocuparse de la vida de los hjos, tiene derecho a ser nada más que un apéndice de quien ostenta la responsabilidad del hogar, tiene derecho a callar y reprimir las muestras insatisfechas ante la infidelidad conyugal, los maltratos de obra, palabra o cualquier otro acto pasajero por parte de quien ostenta la responsabilidad de mantener el hogar. No ha cambiado mucho la situación de antes del dictador y la dictadura más allá del cambio lento e insuficiente provocado principalmente por estar nuestro país expuesto a la modernidad y el contacto con culturas del primer mundo. En la práctica, no reflejara la hija del dictador de mostacho, otra cosa que el estado actual de ese contacto con la modernidad, presente en cubanos de la isla.
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