Dictadura al fin, todo lo tuerce, lo desvirtúa; al iiual que los acólitos de esa filosofía del absurdo. Comparar el muro de Berlín con el construído por Israel, cuando menos es cinismo.
Están los muros de las prisiones, usualmente de piedra o cercados, para impedir el escape de los reos, el muro de agua que rodea a una isla prisión, como lo fue la isla del diablo, como lo es la isla de Cuba, gigantesca prisión de una nación, abocada por más de 50 años al desastre y la miseria; pero a su vez, existen los muros de las casas para delimitar el espacio donde se mora y cohabita una familia, crear un espacio que les permita vivir en paz y regular quienes y cuando entran por eso colocado en el muro y llamado puerta. De los primeros, para impedir la fuga a los segundo para delimitar un espacio con acceso regulado, va un gran trecho.
El muro construído por Israel, es el muro de la casa judía, preciso luego de incontables asesinatos y masacres de inocentes por suicidas y otros desquiciados; ha demostrado ser ese muro, la contención de esos crímenes.
Estos torcedores de la realidad, se caracterizan por atizar asuntos espinosos, como las recientes expulsiones de extranjeros radicados en países del primer mundo de manera ilegal, sin haber cursado los trámites correspondientes. Estas expulsiones, legales como la que más, tratan de enmendar una deficiencia u omisión en la aceptación de emigrantes en esos países; les cabe el derecho a esos países a esos procederes. Cada país decide per se, quien o quienes entran y se establecen en su territorio y a quienes de esas personas no desea acoger por más tiempo. Intentar pasar este acto soberano, como una discriminación o persecución racista, deja ver claramente el retorcido entramaje de quienes tratan de pasar la verdad por su retorcido prisma.
El muro a derribar, es como el de Berlín, es el muro que aprisiona a los pueblos como el de Cuba, que les niega la libertad y el movimiento, como bota sobre la gargante de los pueblos es. La dictadura cubana, que intenta pasar su pelaje de lobo por la lana de la oveja, se nego en el pasado y se niega a firmar acuerdos para eliminar el uso de minas antipersonales; aceptar esto último, tendría como consecuencia un fenónemo que demostrará a las claras su entraña malévola y brutal, conculcadora de derechos y justicia; el éxodo hacia la Base de Guantánamo, territorio de perteneciente a EEUU, la democracia y tierra de libertad por más de 200 años, sería apoteósico, la inmensa mayoría de los cubanos, tiene ese país como meta, esa libertad y esa democracia como sueño de futuro.
Están los muros de las prisiones, usualmente de piedra o cercados, para impedir el escape de los reos, el muro de agua que rodea a una isla prisión, como lo fue la isla del diablo, como lo es la isla de Cuba, gigantesca prisión de una nación, abocada por más de 50 años al desastre y la miseria; pero a su vez, existen los muros de las casas para delimitar el espacio donde se mora y cohabita una familia, crear un espacio que les permita vivir en paz y regular quienes y cuando entran por eso colocado en el muro y llamado puerta. De los primeros, para impedir la fuga a los segundo para delimitar un espacio con acceso regulado, va un gran trecho.
El muro construído por Israel, es el muro de la casa judía, preciso luego de incontables asesinatos y masacres de inocentes por suicidas y otros desquiciados; ha demostrado ser ese muro, la contención de esos crímenes.
Estos torcedores de la realidad, se caracterizan por atizar asuntos espinosos, como las recientes expulsiones de extranjeros radicados en países del primer mundo de manera ilegal, sin haber cursado los trámites correspondientes. Estas expulsiones, legales como la que más, tratan de enmendar una deficiencia u omisión en la aceptación de emigrantes en esos países; les cabe el derecho a esos países a esos procederes. Cada país decide per se, quien o quienes entran y se establecen en su territorio y a quienes de esas personas no desea acoger por más tiempo. Intentar pasar este acto soberano, como una discriminación o persecución racista, deja ver claramente el retorcido entramaje de quienes tratan de pasar la verdad por su retorcido prisma.
El muro a derribar, es como el de Berlín, es el muro que aprisiona a los pueblos como el de Cuba, que les niega la libertad y el movimiento, como bota sobre la gargante de los pueblos es. La dictadura cubana, que intenta pasar su pelaje de lobo por la lana de la oveja, se nego en el pasado y se niega a firmar acuerdos para eliminar el uso de minas antipersonales; aceptar esto último, tendría como consecuencia un fenónemo que demostrará a las claras su entraña malévola y brutal, conculcadora de derechos y justicia; el éxodo hacia la Base de Guantánamo, territorio de perteneciente a EEUU, la democracia y tierra de libertad por más de 200 años, sería apoteósico, la inmensa mayoría de los cubanos, tiene ese país como meta, esa libertad y esa democracia como sueño de futuro.
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