-El título de este post, parece ser la máxima que a hierro caliente ha marcado la realidad en la frente del sustituto del morinauseabundo. La tibieza característica del temperamento indeciso y segundón del actual dictador, han demorado lo que la realidad impuso en China, como ejemplo aberrado de subsistencia del sistema basado en una dictadura; ahora, las medidas a medias, sin una real comprensión del brutal estado de miseria en que se encuentra el país, son como cataplasmas al moribundo de sed y alimento, el alivio pasa sin apenas ser notado.
La correspondencia de la mamita decrépita del pasado viernes, pudiera alimentar la esperanza en algún algún que otro distraído; la publicación de misivas con ejemplos que se tienen delante de los ojos y han sido ignorados por los talibanes de anteriores corespondecias, este viernes se desplegaron a centro de página, la realidad de una privatización, efectuada desde tiempo ha, para sobrevivir al descalabro ajeno y peor aun al propio, es usada por quien envía su opinión, incluso el sabor de la redacción, es de resentimiento por permitir a extraños lo prohibido a los propios; algunos argumentos risibles, como la obligada contratación de contadores estatales a fin de rendir cuentas, los cuales sin duda se pegarán a la teta de la vaca como ya lo hacen los inspectores. Otro anuncio, desacostumbrado en un sistema presto y diestro en ocultar las faltas graves o leves, se hace notar; la evidente e ignorada en los medios, depauperación del SIUM, sistema diseñado para atender emergencias médicas, este es puesto en la picota pública por una señora cuyo familiar es víctima de la mencionada negligencia; aun sin consecuencias mortales, no creo que lleguen a tales excelencias, trae a colación un tema sensible, cuando pocos días antes, un ejercicio derrochador, mostraba en el mismo bodrio partidista, una foto de portada con una ambulancia del SIUM en los tales menesteres de atención a catastrofes; obviando la peor, la de 50 años de un régimen depravado y cruel.
Un caso curioso, es el de un ciudadano que escribe para solicitar la extensión o masividad de la polémica periodística en la sociedad cubana, algo como la reunión para poner el cascabel al gato, digo yo. Quizas tengan que seguir todo el proceso cognoscitivo para concluir, que las medias tintas y las tibiezas no caben cuando de solucionar los agudos problemas que aquejan a Cuba se trata; pues veamos a modo de muestra, si se entregan los comercios gastronómicos a los trabajadores y se les cobra los altos precios del mercado paralelo a los suministros por ellos comprados, y otros servicios necesarios para desarrrollar la labor, ¿cuanto valdrá el producto final?, sin dudas, no estará al alcance de la mano de la inmensa mayoría de los cubanos.
La moda ahora, siguiendo la línea de la propaganda oficial, es el tema de los impuestos, la ineficiente agricultura y la probable conformación de una sociedad de propiedad mixta, adoleciendo de los mismos defectos del creador y que a diferencia de otros países, no tiene el atractivo suficiente para arriesgar capital o medio alguno en la empresa. Quieren ignorar alevosamente lo que la mayoría del pueblo cubano no conoce por no serle dado a conocer debidamente, todos los trabajadores cubanos para el gobierno, la inmensa mayoría ya pagan impuestos, les es descontado del salario directamente, mecanicamente; y cada cierto tiempo, le hacen firmar una tarjeta sin otra explicación o fundamento que lo devengado, así cortamente. El intento de obligar por las aberradas leyes de la dictadura a los cubanos en edad laboral a ir a la agricultura u otros oficios carentes de fuerza laboral, no prosperará, no lo puede hacer cuando es una obligación y no elección, como es el trabajo, un derecho, no una obligación.
La actual mezcla de noticias, las optimistas con algunas de la realidad pésima cotidiana, no logra mellar el espíritu incrédulo de la población en todo lo que emana de la dictadura.
El limbo mental de la mayoría, que creen poder conciliar a Dios con el Diablo, la estulticia con la sabiduría en una especie de sociedad productiva con los brazos caídos, cosa está inconsecuente por irrealizable en la práctica; le han otorgado unos días más a la tiranosaúrica dictadura, ¿cuantos?, la cifra exacta es impredecible, pero si todos conocen y tienen certeza, que la dictadura vive sus últimos días.
La correspondencia de la mamita decrépita del pasado viernes, pudiera alimentar la esperanza en algún algún que otro distraído; la publicación de misivas con ejemplos que se tienen delante de los ojos y han sido ignorados por los talibanes de anteriores corespondecias, este viernes se desplegaron a centro de página, la realidad de una privatización, efectuada desde tiempo ha, para sobrevivir al descalabro ajeno y peor aun al propio, es usada por quien envía su opinión, incluso el sabor de la redacción, es de resentimiento por permitir a extraños lo prohibido a los propios; algunos argumentos risibles, como la obligada contratación de contadores estatales a fin de rendir cuentas, los cuales sin duda se pegarán a la teta de la vaca como ya lo hacen los inspectores. Otro anuncio, desacostumbrado en un sistema presto y diestro en ocultar las faltas graves o leves, se hace notar; la evidente e ignorada en los medios, depauperación del SIUM, sistema diseñado para atender emergencias médicas, este es puesto en la picota pública por una señora cuyo familiar es víctima de la mencionada negligencia; aun sin consecuencias mortales, no creo que lleguen a tales excelencias, trae a colación un tema sensible, cuando pocos días antes, un ejercicio derrochador, mostraba en el mismo bodrio partidista, una foto de portada con una ambulancia del SIUM en los tales menesteres de atención a catastrofes; obviando la peor, la de 50 años de un régimen depravado y cruel.
Un caso curioso, es el de un ciudadano que escribe para solicitar la extensión o masividad de la polémica periodística en la sociedad cubana, algo como la reunión para poner el cascabel al gato, digo yo. Quizas tengan que seguir todo el proceso cognoscitivo para concluir, que las medias tintas y las tibiezas no caben cuando de solucionar los agudos problemas que aquejan a Cuba se trata; pues veamos a modo de muestra, si se entregan los comercios gastronómicos a los trabajadores y se les cobra los altos precios del mercado paralelo a los suministros por ellos comprados, y otros servicios necesarios para desarrrollar la labor, ¿cuanto valdrá el producto final?, sin dudas, no estará al alcance de la mano de la inmensa mayoría de los cubanos.
La moda ahora, siguiendo la línea de la propaganda oficial, es el tema de los impuestos, la ineficiente agricultura y la probable conformación de una sociedad de propiedad mixta, adoleciendo de los mismos defectos del creador y que a diferencia de otros países, no tiene el atractivo suficiente para arriesgar capital o medio alguno en la empresa. Quieren ignorar alevosamente lo que la mayoría del pueblo cubano no conoce por no serle dado a conocer debidamente, todos los trabajadores cubanos para el gobierno, la inmensa mayoría ya pagan impuestos, les es descontado del salario directamente, mecanicamente; y cada cierto tiempo, le hacen firmar una tarjeta sin otra explicación o fundamento que lo devengado, así cortamente. El intento de obligar por las aberradas leyes de la dictadura a los cubanos en edad laboral a ir a la agricultura u otros oficios carentes de fuerza laboral, no prosperará, no lo puede hacer cuando es una obligación y no elección, como es el trabajo, un derecho, no una obligación.
La actual mezcla de noticias, las optimistas con algunas de la realidad pésima cotidiana, no logra mellar el espíritu incrédulo de la población en todo lo que emana de la dictadura.
El limbo mental de la mayoría, que creen poder conciliar a Dios con el Diablo, la estulticia con la sabiduría en una especie de sociedad productiva con los brazos caídos, cosa está inconsecuente por irrealizable en la práctica; le han otorgado unos días más a la tiranosaúrica dictadura, ¿cuantos?, la cifra exacta es impredecible, pero si todos conocen y tienen certeza, que la dictadura vive sus últimos días.
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