De lo humano a lo divino.

Con el tiempo, el ser humano abandona el cálido refugio paterno, no en el hecho real y común en otros países de ir a vivir su vida en otra casa y lugar, aun en Cuba, abandonan al menos espiritualmente ese refugio, al estar tan cerca, valga aclarar en el mismo habitáculo, la natural rebeldía contra lo que antes admiraba y rendía culto, se aviva, luego, la fatiga de usar el seso le comienza a crear una línea o creencia sobre la que camina desandando los años al final impepinable, apartarse de esta guía personal, implicaría más gasto neuronal, mejor es alimentar el cerebro en la tele o en el nivel insulso de lo intrascendente, consumiendo sin ser partícipe; de esa manera se pasan los años con pocas penas y preocupaciones.
Así, muchos de la izquierda y la derecha, se acogen a máximas preestablecidas, fáciles de recordar y repetir, en el caso de la izquierda la comodidad es mayor, no necesita pensar en elegir, no hay opciones complicadas, uno solo es el líder y el se encarga de pensar y mandar a hacer por nosotros, he imaginado que al derrumbe del inoperante sistema socialista, muchos voltearon sus cabezas a la busqueda de la idea única, fácil y comóda en medio de cambio tan tremebundo para ellos que implicaba el fin de la inocencia, esta no tardó en aparecer, aupada por aquellos que vivían del cuento y se niegan a doblar el cerebro (lomo); ¨el socialismo está por ver, lo de la URSS no era socialismo, era dictadura disfrazada, el socialismo sigue siendo una opción¨, gritan a pleno pulmón. Mientras, en Cuba, al no haber cambios luego del desparpajo de Europa del este por regresar a la felicidad o al menos, ausencia de la tristeza extrema, se mantienen cómodamente en aquello del único, el mejor, mientras miran con tristeza al capitalismo desde la vitrina, el temor al cambio, la comodidad del malo conocido mejor que el bueno por conocer, continua siendo el pan diario. Esto es entendible, no recuerdo alguien que no sea producto o consecuencia en sus actos sin causa. Martí, tuvo su causa, luego de que con 19 años le enviaran a presidio a picar piedras, le sobraban motivos para definir sus actos en consecuencia con el pensamiento; más adelante, el hombre que se deshizo en infinidad de escritos alabando la pujanza y los méritos de EEUU, cambió de palo para rumba ¨...el monstruo¨, ¿causa?, el gobierno de EEUU le confiscó la expedición preparada y lista para ejecutarse, que había costado el dinero de miles de trabajadores cubanos y fue confiado a Martí, en fin, causa y efecto; no importa como o cuanto se piense o se tenga opinión sobre asunto, mientras los hechos no ocurran, seguiremos pensando y actuando de manera distinta, porque del dicho al hecho, hay un buen trecho.
Aun cuando la realidad, presenta a la mayoría como afectados o damnificados de la dictadura, estos temen, esperan, no quieren ser lo que arriesguen el pellejo y vayan a dar con los huesos a las temidas mazmorras dictatoriales; dejar que otros pongan el muerto, como siempre ha echo la humanidad, lo contrario sería ir contra natura, contra el instinto de conservación. Algunos despuntes o terremotos consecuentes, suceden a veces, sin que medie una causa determinada, como el 94 en el malecón.
Somos consecuencia, los menos, son causa y vienen a ser causa de una consecuencia, el hecho injusto o alevoso de la dictadura sobre él o los suyos. Esto es natural, es por ello que me reafirmo en la idea, de que ni aún con las zanahorias de plástico que arroja la dictadura, será suficiente a la larga para el cubano.Otras posibles influencias existen, no cabe duda, pero son accesorias, no determinantes.
Por mi parte, ha mucho que he desechado lo invíable, por malévolo y contraproducente, por ser el hecho demostrado de todo lo anterior, no la teoría, la posibilidad, sino, la contundencia de la realidad. (Continuará...)