No es este post para hablar de las artes negras, bueno, o malas artes blancas, para no caer en el racismo linguístico y ser mal visto por los que viven en los extremos, que de esos abundan; el título me lo sugirió un artículo de la abuelita, en que se ufanan y afanan en cuantificar los daños de las recientes lluvias, principalmente en el oriente del país, es realmente increíble como en tan pocos días tengan resultados tan precisos, la otra cara de la moneda, es la falta de información en los números más importantes para el ciudadano, los números del presupuesto, ¿en que se gasta el dinero del erario público?, ¿cuanto se destina a la subversión violenta en distintas partes del mundo?, ¿que cantidad se malgasta en las inmensas e innecesarias Fuerzas Armadas?, ¿cuanto se ingresó de la venta subrepticia del petroleo venezolano que se refina en Cienfuegos?, etc.
De creer a la abuelita, no existían antes ciclones, sequías, lluvias torrenciales antes del 59, en fin la naturaleza al parecer, ha desafiado per se al dictador también, y este de creer por sus palabras, libra ingente batalla aun con esta naturaleza pérfida. Es algo tan arraigado e inherente al sistema, que es imposible evitar publicar detalladamente las pérdidas, siempre ha sido así, yo diría más, se regodean en las cifras de las pérdidas, de las ganancias, nadie conoce; nos imaginamos, mejor dicho, inferimos que la falta de preocupación por la subida del precio del petroleo, tema que pasó de la primera plana de la abuelita a un último y alejado espacio en el diario, no preocupe ahora que tenemos el subsidio venezolano.
En fin, como la salud del sátrapa, los números como los del presupuesto y las ganancias, son secreto de estado, pero se deja ver la cola por debajo de ellos.
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