La feroz persecución a que son sometidos, quienes disienten pacifícamente o critican abiertamente al gobierno, quedó demostrada en los sucesos de Las Damas de Blanco, los hechos, contundentes e ineludibles, demuestran como se conculca la libertad y los derechos humanos en Cuba. La práctica de la dictadura, queda al descubierto incluso en detalles como los mismos participantes, en la hilera primera, quienes agreden violentamente a indefensas mujeres, últimas quienes reclaman sus derechos y los de los suyos, luego, detrás, quienes son convocados so pena de graves consecuencias de no acudir, llevados de sus centros de trabajo y estudio, a lugares y acciones ajenos a sus criteriors y creencias.
La acusación manida de la dictadura, de ser cubanos al servicio de EEUU, no tiene cabida desde el punto de vista legal, independientemente del estado de deterioro de las relaciones entre Cuba y EEUU, no tiene basamento legal, al ser ambos estados miembros efectivos y reconocidos de la comunidad internacional; de manera que pueden señalar simpatías, pero son insuficientes para la persecución de que son objetos algunos disidentes. Es derecho de cualquier ciudadano que viva en una sociedad en democracia, a recibir ayuda material de donde provenga, ateniendose solamente a su criterio personal y su libre albedrío; no le está dado a un estado en democracia y libertad plenas, determinar carácter delictivo, o razón suficiente para proceso legal. Esto desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista humano, que pesa también en el anterior, como no aceptar la ayudad generosa de cubanos allende los mares, o de cualquier otra fuente, cuando la propia dictadura, intenta socavar las vconvicciones y las creencias de ciudadanos mediante la limitación o negación total de acceder a trabajos remunerados por parte de quienes disienten, privándoles a estos disidentes u opositores, del sustento para él y los suyos.
Muchos cubanos reciben ayuda de famialiares y amigos radicados en EEUU o cualquier otro país de residencia de la diáspora cubana, las remesas, llamadas familiares por la mayor participación de personas con ese lazo sanguíneo, no excluye ni limita a otro tipo de lazo, afectivos en este particular. No le es dado al gobierno cubano, dictadura para ajustarnos a la realidad, dictaminar sobre los fondos, claramente el propio gobierno realiza en el exterior este tipo de actividad, condenable pues emplea mecanismos oficiales y gubernamentales, a pesar de ello, se denuncia y declaran esos sucesos; pero sin otra consecuencia que la repulsa lógica por parte de la sociedad a quienes comulgan con el estamento cubano. Aun organismos y organizaciones particulares, se les reconoce como derecho, la ayuda monetaria o material que facilitan a quienes les son afines, bien sea por filiación o afiliación. De ser consecuentes con sus proclamas, la propia iglesia católica vería menoscabo en su presencia en Cuba, así como otras instituciones u organismos internacionales.
A quienes reciben ayuda les asiste el derecho y la necesidad, está última más importante por la represión de que hablé en parráfos anteriores, de donde provenga, más aun cuando no viola legislaciones internacionales.
Si un organización partidista en el exterior provee a sus similares en Cuba, no hay basamento jurídico ni legal admintido internacionalmente para clasificar a los receptores de la ayuda como al margen de la ley o que han cometido delito alguno. Quienes sufrieron prisión en la brutal represion de la primavera del 2003, han sido encarcelados injustamente, por procesos amañados y sin fundamento legal internacional; Cuba ha firmado varios convenios internacionales sobre derechos, humanos, civiles, etc; es hora de demandar el ajuste de la ley cubana a esos convenios y acuerdos, la absurda ley cubana debe ser reformada para cumplir con lo firmado, más que eso, para cumplir con los estándares de libertad y democracia.
Quienes reclaman y piden cambios, no están fuera de la ley, es la dictadura cubana quien se ha puesto al margen de la ley.
La acusación manida de la dictadura, de ser cubanos al servicio de EEUU, no tiene cabida desde el punto de vista legal, independientemente del estado de deterioro de las relaciones entre Cuba y EEUU, no tiene basamento legal, al ser ambos estados miembros efectivos y reconocidos de la comunidad internacional; de manera que pueden señalar simpatías, pero son insuficientes para la persecución de que son objetos algunos disidentes. Es derecho de cualquier ciudadano que viva en una sociedad en democracia, a recibir ayuda material de donde provenga, ateniendose solamente a su criterio personal y su libre albedrío; no le está dado a un estado en democracia y libertad plenas, determinar carácter delictivo, o razón suficiente para proceso legal. Esto desde el punto de vista jurídico, desde el punto de vista humano, que pesa también en el anterior, como no aceptar la ayudad generosa de cubanos allende los mares, o de cualquier otra fuente, cuando la propia dictadura, intenta socavar las vconvicciones y las creencias de ciudadanos mediante la limitación o negación total de acceder a trabajos remunerados por parte de quienes disienten, privándoles a estos disidentes u opositores, del sustento para él y los suyos.
Muchos cubanos reciben ayuda de famialiares y amigos radicados en EEUU o cualquier otro país de residencia de la diáspora cubana, las remesas, llamadas familiares por la mayor participación de personas con ese lazo sanguíneo, no excluye ni limita a otro tipo de lazo, afectivos en este particular. No le es dado al gobierno cubano, dictadura para ajustarnos a la realidad, dictaminar sobre los fondos, claramente el propio gobierno realiza en el exterior este tipo de actividad, condenable pues emplea mecanismos oficiales y gubernamentales, a pesar de ello, se denuncia y declaran esos sucesos; pero sin otra consecuencia que la repulsa lógica por parte de la sociedad a quienes comulgan con el estamento cubano. Aun organismos y organizaciones particulares, se les reconoce como derecho, la ayuda monetaria o material que facilitan a quienes les son afines, bien sea por filiación o afiliación. De ser consecuentes con sus proclamas, la propia iglesia católica vería menoscabo en su presencia en Cuba, así como otras instituciones u organismos internacionales.
A quienes reciben ayuda les asiste el derecho y la necesidad, está última más importante por la represión de que hablé en parráfos anteriores, de donde provenga, más aun cuando no viola legislaciones internacionales.
Si un organización partidista en el exterior provee a sus similares en Cuba, no hay basamento jurídico ni legal admintido internacionalmente para clasificar a los receptores de la ayuda como al margen de la ley o que han cometido delito alguno. Quienes sufrieron prisión en la brutal represion de la primavera del 2003, han sido encarcelados injustamente, por procesos amañados y sin fundamento legal internacional; Cuba ha firmado varios convenios internacionales sobre derechos, humanos, civiles, etc; es hora de demandar el ajuste de la ley cubana a esos convenios y acuerdos, la absurda ley cubana debe ser reformada para cumplir con lo firmado, más que eso, para cumplir con los estándares de libertad y democracia.
Quienes reclaman y piden cambios, no están fuera de la ley, es la dictadura cubana quien se ha puesto al margen de la ley.
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