Ya tarde, me llaman a la tele, están transmitiendo algo de Telesur sobre las FARC de Colombia, al principio, parece el deseado video de la liberación de Ingrid Betancourt; tomo asiento, me concentro para no perder detalle y... desilusión, luego de minutos me percato del bodrio para tergiversar, confundir e intentar desvirtuar los éxitos del gobierno colombiano. Es todo acerca de una visita o entrevista concedida a un periodista, es anterior, antiquísima; entevistas van y vienen a familiares de los estadounidenses secuestrados, la locura en movimiento, con desquicios incluidos. Les duele, sí, les duele que triunfe la justicia, que todo fue de una limpieza y purezas únicas, esto les ha llegado al interior del cacahuete con dolor; en su extremismo, van más allá de lo razonable, la noticia obsoleta, desmentida por los hechos últimos, se torna de una asquerosidad impúdica, vergonzosa.
Me paro y me voy, no soporto la burda manipulación; para mal de Telesur, como otras tantas veces, ha dado pruebas fehacientes de su parcialidad, una parcialidad que supera con creces la que dicen ellos, tienen los medios informativos del resto del mundo civilizado, no es un canal del sur, son como los ratones ciegos del cuento corto, dando tumbos entre ellos y queriendo llevar al abismo a los tuertos que ahora le siguen.
Queda el deseo frustrado, dejado para la hora de la libertad, donde una y otra vez saboreare como lo hacen los amantes de la paz y la justicia el ya famoso video de la epopeya colombiana.
Como fieras saltaron a despedazar la verdad, como fieras, se debaten entre las engañifas y las diatribas entre ellos, como fieras, no comen verdades, se alimentan de la carroña mentirosa que quieren creer.
Me paro y me voy, no soporto la burda manipulación; para mal de Telesur, como otras tantas veces, ha dado pruebas fehacientes de su parcialidad, una parcialidad que supera con creces la que dicen ellos, tienen los medios informativos del resto del mundo civilizado, no es un canal del sur, son como los ratones ciegos del cuento corto, dando tumbos entre ellos y queriendo llevar al abismo a los tuertos que ahora le siguen.
Queda el deseo frustrado, dejado para la hora de la libertad, donde una y otra vez saboreare como lo hacen los amantes de la paz y la justicia el ya famoso video de la epopeya colombiana.
Como fieras saltaron a despedazar la verdad, como fieras, se debaten entre las engañifas y las diatribas entre ellos, como fieras, no comen verdades, se alimentan de la carroña mentirosa que quieren creer.
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