Se acercan las elecciones en Cuba, serán el próximo mes. Sobre esto, no se hasta que punto puede ser posible la propuesta que haré, pero si sería saludable, satisfactoria y deseable para todos los involucrados en el tópico cubano.
Ya se sabe que desde hará unos 10 o 15 años la dictadura cubana modificó el método para elegir delegados y en general, la forma de acceder a los asientos en todos los niveles del Poder Popular. Es conocido y verdad de perogrullo, la inoperabilidad de esta forma de gobierno, que con el decursar del tiempo, cada vez es mayor la brecha que ya existía per se entre los gobernantes y los gobernados, característica propia de los sitemas dictatoriales.
No obstante lo anterior, los opositores debieran, una vez más, por el bien mayor, postularse o autopostularse en las asambleas próximas, poner la otra mejilla e intentarlo, o como dicen muchos, no hay peor gestión que la que no se hace. Aun cuando entre ellos hubiera quien no puede por estar limitados o completamente anulados sus derechos para participar, aquellos que pueden, deben hacerlo.
Por su parte, quizás debiera entender la dictadura de una vez por todas, que el camino de la división, la violencia y el ostracismo a quienes se le oponen, puede conducir a una indeseable violencia. Con una población hastiada de promesas, malviviendo y con esperanzas de una vida mejor en un sistema completamente distinto al actual, no es de sorprender que se susciten situaciones violentas cuyo desenlace independientemente de su carácter no sería beneficioso por su origen.
Cuba es de todos los cubanos, no importa si tienen ideas de derecha, izquierda, centro o cualquier frecuencia del espectro político, lo importante es que tengan la posibilidad de expresarlas en su país, con respeto al prójimo.
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