viernes, 2 de abril de 2010

Es el sistema, estúpidos.

Como ejercicio, y a manera de muestrear las estadísticas cubanas; me leí de punta a rabo el artículo aparecido días atrás en el Granma, órgano de la mentira oficial. La lectura me trajo a la memoria el chiste de acudir al periódico Granma o a la televisión nacional, para buscar los productos desaparecidos o mermados en su cantidad o calidad en la realidad cotidiana.
Luego de leer por ejemplo, la entrega de 40 toneladas de carne de puerco, el promedio diario de producción lechera de la cooperativa objeto del artículo y otros promenores en cifras, eche mano de la calculadora y la cifra final despejó la incognita de por qué no progresa la agricultura en Cuba, otros anexos dan una idea del mal provocado por 50 años de dictadura ineficiente y retrógrada.
Entre los números, cuenta quien dirige la cooperativa, que la ganacia del año pasado, asumo sea neta, alcanzó la cifra de 500 000 pesos; al dividir la cantidad entre 24, valor del peso cubano al cambio oficial por el CUC, moneda equiparada a la mayoría de las divisas internacionales, luego entre los 87 cooperativistas y finalmente entre 12 (meses del año), arroja un salario mensual de alrededor de 20 cuc (19.95) que recibe un campesino por el trabajo arduo del campo como mensualidad. Para precisar, ganan en términos comparativos a nivel mundial, una cifra muy alejada de la necesaria para sostenerse.
Sinceramente, ¿alguien cree que la economía cubana se recuperará alguna vez?. Otros factores incluso, revelan un panorama más sombrío; si se tiene en cuenta la aplicación de la ley de la vagancia, cambiada por la de espectro más amplio y represivo, de peligrosidad social, que fuerza a los cubanos del sexo masculino a trabajar obligatoriamente; las numerosas y ausentes actualmente, quejas sobre el proceso de "recuperación de la agricultura" aparecidas en el Granma en la sección correspondencia, lo cual al ser prorrateado dimensiona la cifra de problemas hacia más; da una idea clara del desastre.
Otras tibias implementaciones de mecanismos capitalistas, con buena dosis de la ineptitud dictatorial, no reportan los resultados esperados; como la entrega de autos de alquiler de Panataxi, conocido popularmente como 55, por el número de telefóno, 855 5555, en calidad de alquiler o arriendo, no prosperan por la "mordida de tiburón" del arrendatario, léase la dictadura.
Estas tibias medidas, realizadas a lo oculto o a la chita, para evitar el sobresalto del morinauseabundo hermano, encargado al parecer de la parte "ideológica", quien persiste e insiste en la absurda administración que llevó al desastre, como mal menor, en los bodrios de la sección correspondencia principalmente.
Aun cuando algunos pudieran ver en esto último una perspectiva de cambio o renovación, nada más alejado de la realidad si se tiene en cuenta que el sistema sobrevive, por el terror y la dependencia ciudadana, ambos soliviantados o eliminados en el cambio necesario en lo económico. No se debe esperar peras del olmo, ni alimentar vanas esperanzas de mejoría.

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